En nuestra experiencia clínica, varias de las personas a las que asistimos desconocen algunos aspectos importantes respecto a la psicoterapia. Por ello, este artículo pretende atender dicha necesidad. Es importante aclarar que los postulados que aquí se exponen están referidos al ANALISIS TRANSACCIONAL, que es un modelo de psicoterapia. Pues en ANIMUS desde hace 15 años coincidimos un equipo de psicólogos de las diversas orientaciones de la psicología, buscando el beneficio de las personas, brindando un servicio de calidad y calidez.
La psicoterapia es un tipo de intervención psicológica que se aplica para ayudar a superar problemas de conducta personal y dificultades de relaciones interpersonales. Que facilita el crecimiento personal para modificar conductas patológicas aprendidas.
Muchos de los problemas que nos hacen sufrir se deben a acciones inadecuadas ocurridas a lo
largo de nuestra niñez, ya sea por los padres, los familiares, o los maestros. Aquellos "errores" dificultan su desarrollo, siendo perjudiciales para su bienestar. Otros problemas se derivan de la falta de información, y pueden estar suscitados por falsas creencias; otros provienen de falta de habilidades para manejar con eficacia los retos y exigencias que la persona debe enfrentar en los diversos medios en los que se desenvuelve.
Por otra parte, se presentan determinados trastornos emocionales que requieren psicoterapia. Ejemplo de ello pueden ser: sensación de confusión e indecisión, insatisfacción permanente, angustia, irritabilidad constante, tristeza y melancolía sin razón aparente o a causa de un duelo que la persona no logra manejar por sí misma.
Ante tales circunstancias, la labor del terapeuta apunta a diversos objetivos, entre ellos:
Objetivar el problema: La persona que sufre es víctima de su dolor, y no puede dejar de lado su sentimiento para pensar serenamente; por ello le resulta difícil encontrar las causas de su padecimiento, parte de su energía la consume el sufrimiento mismo. Aquí, la intervención del terapeuta puede ser positiva, ayudándole a establecer distancia para concretar y precisar el problema, como algo a resolver, juntos.
Reconstrucción de la autoestima: Antes de acudir a psicoterapia, la persona hace grandes esfuerzos para salir de esa especie de entrampamiento sin pedir ayuda. Esa resistencia obstinada, lastima la imagen interna; causa estragos en el amor propio de la persona y deteriora sus relaciones interpersonales. La psicoterapia ayuda a la persona a restablecer el concepto que tiene sobre sí misma, recuperar su amor propio y el sentido de valía.
Recuperar el poder de ayudarse a sí mismo: Básicamente, aumentar la eficacia en la vida y resolver cualquier problema, apelando a los recursos potenciales de la persona. Quien recurre a la psicoterapia sufre ahora, pero no ha sufrido siempre. La psicoterapia ha de posibilitar el uso de esos recursos para que la persona logre superar sus problemas.
Desarrollo de habilidades: Cuando los problemas vienen ocasionados por falta de información o destrezas, el psicoterapeuta se transforma en un entrenador, que ayuda a su cliente a desarrollar los procedimientos que sean pertinentes para superar el problema. Independientemente de las técnicas, el objetivo es que la persona tenga mejores herramientas para hacer frente a su problema.
La psicoterapia en el A.T. adopta una misión reeducadora; actúa preventivamente frente a los futuros conflictos y dificultades, replanteando las pautas de adaptación, sus modos de relacionarse y sus creencias. Así, el proceso psicoterapéutico busca favorecer un nuevo proyecto personal más armónico, donde se establezcan valores nuevos y la persona halle satisfacción en su quehacer.
En este sentido, puede entenderse a la psicoterapia como un método para el conocimiento de uno mismo, que favorece el desarrollo de la persona. Invertir tiempo para conocerse a sí mismo permite desatar nudos que dificultan la adaptación, así como desenredar la maraña de creencias y actitudes que no permiten un mayor crecimiento. A su vez, tomar conciencia de las carencias y necesidades permite implementar una labor de orden más bien preventivo, que finalmente ha de redundar en beneficio de la persona.
El ser humano según el A.T. está programándose a sí mismo de forma continua, aunque no siempre del modo más conveniente. En este contexto, coinciden las influencias de la interacción y las propias ideas o motivaciones. Esto, a veces, nos confunde, sin que nos percatemos de ello. La psicoterapia interviene, mediante el análisis, deteniendo el proceso para examinarlo, despejar lo nocivo y reforzar la construcción y desarrollo del propio yo. De esta manera, la psicoterapia brinda múltiples efectos beneficiosos, porque la persona se conoce más y mejor, y puede hacerse dueña de su destino. Desde esta perspectiva, la psicoterapia propicia que la persona se convierta en autor y protagonista de su propia vida, fomentando la autonomía personal.
Por otra parte, uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad es la felicidad. Paradójicamente, deseamos estar bien, pero tememos o detestamos el bienestar y la armonía; nos conformamos con sobrevivir, en vez de vivir a plenitud, postergando los gozos y disfrutes para quién sabe cuando.
Sin aceptarlo racionalmente, somos fatalistas, creemos en el destino y en la buena o mala suerte. Sin embargo, todo cuanto ocurre en nuestra vida es responsabilidad nuestra: Directa o Indirectamente, provocamos los acontecimientos que nos ocurren; nos fabricamos el futuro sobre las bases que construimos en el presente. Cada acto de nuestra vida contribuye a configurar nuestra identidad. Cada ser humano construye su propia personalidad a partir de los acontecimientos que protagoniza. Se puede no ser consciente de la responsabilidad que entraña cualquiera de nuestros actos, mas no por ello hemos de restarle valor o importancia.
Finalmente, una de las cosas más valiosas en A.T. está referida a la importancia de la adquisición de AUTONOMIA, esto es, decidir el futuro desde la madurez del Adulto. De igual modo, se destaca la capacidad de actuar con ESPONTANEIDAD, vale decir, estar en el aquí y ahora. Así como responder con el Niño que todos tenemos, cuando conviene establecer INTIMIDAD. Todo ello permitirá el logro de tomar uno mismo conciencia de las cosas en su real sentido y dimensión, y no como otros lo dijeron. Vale decir YO me hago responsable de mi mismo.
JULIO SILVA CRUZ